Algunos productos tienen características integradas que predicen algo que una persona podría necesitar hacer y lo hacen posible, pero no son la función principal del producto. Por ejemplo, tengo una máquina de cocina Bosch Universal, que es una combinación de mezclador, procesador de alimentos y licuadora. Cuando limpie la licuadora, debe desatornillar el conjunto que sujeta las cuchillas. La tapa de la licuadora tiene una función de “llave inglesa” incorporada que le permite agarrar el conjunto de la cuchilla y girarlo, lo que debe hacer para extraerlo y que sería difícil hacerlo sin la tapa para ayudar. Por supuesto, la tapa funciona principalmente como una tapa para la licuadora, pero al agregar esta funcionalidad adicional, los diseñadores predijeron una necesidad que el usuario tiene al usar la licuadora. Otros ejemplos serían los cuchillos pequeños para cortar hilos que se colocan en las máquinas de coser, detrás de donde se encuentra la aguja, en el lugar exacto donde necesita cortar el hilo cuando termina de coser. La función principal de la máquina es, por supuesto, coser puntadas, pero hay otras cosas que debe hacer mientras cose, y las ha tenido en cuenta. Esos son dos ejemplos que se me ocurren en la cabeza. No estoy seguro de si ese tipo de anticipación es lo que significaba el interrogador.
Recientemente escuché sobre un diseño holandés muy interesante para un teléfono celular modular, en el que puede reemplazar las características importantes a medida que nuevas y mejores estén disponibles. Por ejemplo, cuando se desarrolla, la cámara se puede quitar y reemplazar con una cámara de mayor resolución. Teniendo en cuenta el impacto cada vez mayor de los residuos electrónicos en el medio ambiente, este prototipo es una gran idea. Un problema que enfrenta el diseñador de tecnología es la obsolescencia. La situación actual es que las personas simplemente tiran los productos viejos y compran productos nuevos, pero este diseño anticipa que se desarrollarán nuevas funciones para teléfonos y permite al usuario cambiar los viejos por la nueva parte solamente, reduciendo en gran medida la cantidad de residuos implicados. Se podrían diseñar muchas más cosas de esta manera, pero desafortunadamente, el consumismo está impulsado por la necesidad continua del público por la última tecnología, el estilo, etc. Lo que funciona para las empresas no funciona para el medio ambiente en este caso. Muchos de los diseños ecológicos de hoy en día son muy conscientes y anticipan la vida futura de los productos una vez que hayan cumplido su propósito original y se hayan gastado o hayan quedado obsoletos. Ojalá más fabricantes estuvieran pensando de esta manera.