La idea de que los Estados Unidos serían gobernados bajo un sistema de ley de la sharia en 50 años, o en realidad nunca, es ridículamente improbable. Los Estados Unidos continuarán existiendo bajo nuestra constitución por al menos 50 años y muchos años más allá de eso.
En primer lugar, la sharia está destinada a gobernar a los musulmanes. En general, no se espera que los no musulmanes cumplan con la ley sharia. Actualmente, los musulmanes representan solo el 1% de la población estadounidense. Un sistema legal que no es aplicable a la gran mayoría de la población es poco probable que se adopte como la ley primaria de la tierra.
Segundo, la sharia no es compatible con la Constitución de los Estados Unidos. Un sistema legal de base religiosa violaría la cláusula de establecimiento de la primera enmienda; las protecciones al debido proceso en la quinta y decimocuarta enmiendas; y, cualquier número de otras disposiciones constitucionales.
Nuestra Constitución no es una flor delicada en riesgo de ser desarraigada por unos pocos radicales islámicos en las máscaras de esquí. La Constitución de los Estados Unidos tiene el mayor juramento militar del mundo para defenderlo. Hasta ahora ha sobrevivido a una guerra civil, dos guerras mundiales, recesiones, depresiones y Justin Bieber. Aguantará muchas más pruebas por venir también.
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