Hay muchas ciudades experimentales en todo el mundo: Welwyn, Magnitogorsk, Brasilia, etc. Y hay muchos vastos experimentos políticos: en educación, salud, transporte, etc. Pero como experimentos, son inútiles, por las siguientes razones:
- Método. El método experimental intenta restringir las variables a un número limitado. Las ciudades en realidad contienen un número casi infinito de variables: estructura familiar, creencias religiosas, patrones de consumo, movilidad, envejecimiento, educación, muerte, crimen, sexualidad, etc. Es una idea estúpida, estúpida, estúpida pensar que puedes controlar todo esto. Dicho esto, la gente acepta esta idea estúpida casi todos los días de la semana.
- Los objetivos Las personas que realizan estos experimentos a menudo tienen objetivos no significativos (“armonía social completa”) o desagradables (“hacer toneladas de dinero en efectivo” o “subordinar a poblaciones enteras”).
- Escala de tiempo. Para saber si una ciudad (hogar, hospital, sistema educativo, red de transporte) ha “trabajado”, debe esperar bastante tiempo, probablemente un mínimo de 25 años. Los científicos sociales (planificadores, sociólogos, educadores, etc.) son presentistas en sus suposiciones, por lo que tienden a rehusarse a ser disciplinados por evidencia o metodologías históricas serias. Claro, a menudo se refieren a un ‘historial de antecedentes’, pero solo para explicar lo que realmente les interesa: el presente. El 99% de los científicos sociales y formuladores de políticas utilizan la historia como una forma de taquigrafía o caricatura cliché que se utiliza para confirmar su pensamiento actual, en lugar de una forma de disciplinar todo su pensamiento.
Nunca he conocido a una persona fuera de la historia que piense que no deberíamos aprender las “lecciones de la historia”. Pero rara vez me encuentro con una persona que tiene.