Como pastor laico, tengo que memorizar un sermón cada semana, así que he aprendido que memorizar es más fácil cuanto más te expones al trabajo para ser memorizado.
- Míralo. Leerlo varias veces
- Dilo. Léelo en voz alta, después de haberlo leído en silencio. Grabaos mientras lo lees.
- Escúchalo. Escucha la grabación que has hecho. Siga junto con el texto para anotar los lugares donde ha cometido errores. Vuelva a grabarlo eliminando los errores y escuche la versión corregida varias veces.
- (Para las partes muy difíciles o confusas) Escríbalo, no escríbalo. Escribe las porciones que te dan problemas a mano.
- Recítalo Comienza diciendo en voz alta todo lo que recuerdes. Recita un párrafo, luego verifica que lo hayas recitado correctamente. Si lo recitó con errores importantes, léalo inmediatamente en voz alta, preferiblemente varias veces. Quieres que los recuerdos más numerosos sean recuerdos de la manera correcta.
- Repita hasta que esté satisfecho con lo que ha memorizado.
¿Por qué hacerlo de esta manera? Por la forma en que nuestros cerebros almacenan habilidades e información. La información que vemos se almacena en un área, la información que escuchamos en otra, lo que decimos en otra, y la información kinestésica (información sobre cómo nos movemos, incluyendo lo que escribimos) en otra. Cuantos más lugares en su cerebro almacene la información, más probabilidades tendrá de recordarla. Además, los diferentes recuerdos se refuerzan entre sí. Mientras recita un área difícil, intente visualizarla en la página y piense en usted mismo escribiendo esa parte.