Favorablemente.
Justo el otro día les conté a mis amigos acerca de algunos de los libros que solía tener cuando era niño en la Letonia soviética:
- Una serie sobre una aventura que un abuelo creó para su nieta enferma. Ella y dos de sus amigos juegan con extraterrestres cuya nave espacial se estrelló en la Tierra. Aprenden todo: geografía, zoología, biología, código Morse, arqueología, vida marina, lenguaje de bandera, química, física.
- Una serie sobre Little Zero que busca X, aprende sobre álgebra, geometría, cálculo.
- Un folleto sobre un viaje por carretera donde los niños aprenden sobre las señales de tráfico.
Puedo enumerar varios más:
- Un libro sobre un niño que se encuentra en su dibujo y aprendiendo sobre las proporciones y la historia de la escritura.
- Un libro donde los niños aprenden a cocinar.
- Un libro donde los niños aprenden reparaciones básicas (y no tan básicas) en el hogar.
- Un libro sobre la tarea de La tierra de los no hechos, donde un niño se encuentra con todos sus errores, desde vacas carnívoras que intentan comérselo hasta 2 1/2 personas que cavan una palangana.
- Una colección de historias sobre un joven naviero que viaja alrededor del mundo y aprende muchas cosas diferentes.
Probablemente, olvidé algunos, pero el punto es: cuando las cosas que aprendes tienen un contexto, incluso uno imaginario, aprendes más fácilmente y permanecen contigo más tiempo.
- ¿Qué debo aprender después de la secundaria?
- Quiero contar totalmente con romaji para dominar el japonés sin tener que aprender a leer y escribir en kanji, hiragana y katakana. ¿Es posible aprender a hablar japonés con fluidez sin aprender sus sistemas de escritura?
- ¿Puedo aprender fútbol a los 21 años?
- ¿En qué carreras es la educación tan importante como el aprendizaje en el trabajo?
- ¿Existe alguna barrera biológica, además de la tecnología disponible, que impida que una máquina similar a la que se usa en ‘The Matrix’ descargue al instante grandes cantidades de conocimiento a nuestros cerebros?