Cuando las primeras formas de vida inteligentes evolucionaron en la Tierra, sus sistemas nerviosos eran muy simples.
Primero estaban alertas y pasivamente conscientes mientras estaban despiertos.
Luego recibieron un estímulo a través de cualquier sentido que tuvieran.
[Esto podría ser hambre, una percepción de peligro o dolor, o un potencial de placer.]
- ¿Es realmente difícil la ciencia espacial?
- ¿Cuáles son los criterios de un ser una disciplina que lo distingue fundamentalmente de ser simplemente otro grupo de campos interdisciplinarios?
- ¿Cuál es el EAN para [Fe (H2o) 5NO] 2+?
- ¿Son los pensamientos realmente tan poderosos? Si es así, ¿hay alguna razón científica detrás de esto?
- ¿Qué carrera puedo tomar si mi tasa de aprobación es del 60% en matemáticas y ciencias?
Este estímulo provocaría una respuesta; ellos “pensarían” en una acción apropiada para resolver cualquier problema que el estímulo hubiera presentado y reaccionarían apropiadamente.
Finalmente, una vez resuelto el problema, volverían a un estado de alerta pero de conciencia pasiva.
Hemos evolucionado de criaturas como esa; Nuestro sistema nervioso debe ser modelado sobre el de ellos.
Desafortunadamente, estamos abrumados por los estímulos y nunca experimentamos esa primera fase.
Los sistemas de meditación desde el principio de los tiempos han sido diseñados para volver a familiarizarnos con ese estado de alerta, pero con conciencia pasiva, porque esa paz mental es en realidad lo que llamamos felicidad: el objetivo humano común. Nuestra capacidad de pensar es la herramienta que utilizamos para resolver nuestros problemas. Usar esa herramienta no juega ningún papel en nuestro sentimiento de felicidad.
Un buen ejemplo de tal sistema es el Zen, donde los antiguos maestros Zen vencerían a sus estudiantes si mostraran el menor signo de “pensamiento”.
Si quiere ver mi intento de explicar por qué funciona la meditación, busque “Zen del siglo XXI” en mi sitio web: Introducción