¿Por qué se necesita mucho menos tiempo para aprender a hablar y más tiempo para aprender a guardar silencio?

Todos nuestros sentidos de percepciones son como si estuvieran perforados de adentro hacia afuera. Esto, por cierto, es una declaración de un Upanishad. Nosotros, en general, somos extrovertidos, lo que puede observarse fácilmente en el comportamiento de una niña pequeña a medida que crece. Obtenemos todo el conocimiento mundano a través de nuestros sentidos de ver, escuchar, sentir, saborear y oler. A medida que crecemos, nuestro ego en el sentido de “Yo hago”, “Veo”, “Oigo”, etc. se desarrolla. Y con eso Nuestra autoestima, juicio, opinión también se desarrollan. Es una experiencia común que uno tiene y quiere expresar su opinión. El hombre es gregario por naturaleza, de modo que ante la presencia de otro ser humano, tarde o temprano se comunicará. También tenemos ganas de hablar. De ahí que hablar sea más fácil que guardar silencio.

Para el silencio, uno tiene que mirar hacia dentro, lo cual es difícil en el ajetreo y el bullicio de nuestras actividades y eso requiere un esfuerzo deliberado. Si nos proponemos estar absolutamente quietos y en silencio (sin lenguaje de señas, sin diálogo interno) y estar con nosotros mismos, nos salvaremos de la tensión, la ansiedad, etc. y llevaremos una vida más feliz.

Mi respuesta es larga, pero espero que haya captado el punto.