Sí, pero será un trabajo difícil, ya sea que esté repasando terreno o estableciendo un nuevo.
Uno de mis ejemplos favoritos es:
“Robert Wilson nació en 1856; se graduó en la Universidad de Princeton a la edad de veinte años. Obtuvo una maestría y un doctorado. Luego realizó un postgrado adicional en Alemania durante dos años. Fue un brillante estudiante de idiomas; cuando todavía estaba en la universidad, podía leer su Nuevo Testamento en nueve idiomas.
Wilson tenía solo veinticinco años de edad cuando determinó que invertiría años de estudio cuidadoso en el texto del Antiguo Testamento para poder hablar con autoridad sobre si se ha conservado o no en un formato preciso …
Sobre la base de la longevidad de sus antepasados inmediatos, Robert Wilson estimó que podría vivir hasta los setenta años de edad. Desde que tenía veinticinco años en ese momento, eso le daría unos cuarenta y cinco años restantes para lograr su objetivo. En consecuencia, dividió los años restantes proyectados en tres períodos de quince años cada uno. Así es como él perseguiría su plan:
Durante los primeros quince años, estudiaría todos los idiomas que tuvieran relación con el texto del Antiguo Testamento. Se puso a la tarea. Durante ese tiempo dominó cuarenta y cinco idiomas! No solo se convirtió en un experto en hebreo y sus lenguas afines, sino que aprendió todos los idiomas a los que se habían traducido las Escrituras hasta el año 600 d.
Durante los siguientes quince años, Wilson se dedicó a estudiar el texto del Antiguo Testamento. Miró todas las consonantes en el texto del Antiguo Testamento (el Antiguo Testamento hebreo no tiene vocales), aproximadamente uno y un cuarto de millón de ellas. Hizo una investigación científica exhaustiva del texto del Antiguo Testamento, en comparación con otros escritos de la antigüedad.
Wilson notó que hay veintinueve reyes antiguos y paganos de varias naciones que se mencionan en la Biblia. Sus nombres también se encuentran en los escritos de sus propias tierras. Los nombres de estos reyes consisten en 195 consonantes. Descubrió que en el Antiguo Testamento solo hay dos o tres letras, de las 195, que están en cuestión en cuanto a la ortografía. A modo de contraste, en la literatura secular del mismo período, los nombres de esos gobernantes a menudo están tan confusos que casi no se puede identificar a la persona … ”
Desde: https: //www.christiancourier.com…