Soy una mujer, una científica y una feminista. Me encanta ser los tres, y estoy totalmente de acuerdo con la primera persona en el enlace que publicó el OP, Georgina Rippon. Ser feminista y científica es una situación en la que todos ganan. No veo ninguna desventaja de ser una científica que también es feminista, al menos para las científicas (tiendo a pensar que algunas científicas masculinas feministas pueden ser mal vistas por algunos colegas prejuiciosos, demasiado interesados en mantener su privilegio, pero realmente me gustaría Para escuchar las respuestas de mis colegas masculinos que son feministas).
Nunca fui despreciada por ser una feminista por ninguno de mis colegas. Sin embargo, sí experimenté cierta discriminación por ser mujer. No ha sido dramático, pero recibí una gran cantidad de comentarios sarcásticos, preguntas sobre mis capacidades o dedicación como científico porque también elegí ser madre (y viceversa, mi condición física como madre porque me apasionaba la ciencia) , etc. Y, por supuesto, cuando era niño y decía que quería ser científico, todas las personas sexistas (hombres y, lamentablemente, también mujeres) sembraron dudas sobre si las chicas son aptas para la ciencia, bla, bla, bla. Afortunadamente, nunca lo obtuve de mi familia, que siempre me alentaba, mi padre era el número uno en eso, me compraba libros de ciencia y juguetes, etc.
Espero que, como mujer científica que también sea feminista, pueda servir como modelo para alguien que tenga dudas sobre sus habilidades intelectuales. También espero poder ver el día en el que no habría necesidad de tales modelos de conducta porque ninguna niña escuchará que no puede ser tan buena como los niños en ciencias o matemáticas.
Lo último que me gustaría agregar es que, como científica femenina que es feminista, también he experimentado que cada vez que señalo un concepto erróneo acerca de las mujeres que no está respaldado por datos, o que en realidad está refutado por los datos publicados, habrá ser un hombre sin antecedentes científicos (sí, lo siento, es sobre todo hombres) que discutirán conmigo hasta el final, cuestionando los datos y acusándome de sesgo. Esto sucede mucho menos, creo, cuando el científico que señala una idea errónea acerca de las hembras resulta ser un hombre.
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Para obtener perspectivas muy interesantes, lea este artículo sobre Ben Barres, un biólogo transgénero que solía ser Barbara Barres: http://www.washingtonpost.com/wp…, y también al revés, el ecólogo teórico y matemático Joan Roughgarden que vivió hasta ella Años 50 como Jonathan Roughgarden: http://www.freerepublic.com/focu…
Ben Barres dice que ahora puede terminar una oración sin ser interrumpido, mientras que Joan nos dice que un colega le dijo que no se “pasmara a la ciencia” después de su transición a la mujer.