Aprendemos formando relaciones entre nuevos estímulos e información que ya hemos procesado. Esto hace que la introducción de un nuevo tema sea un desafío, porque no hemos desarrollado modelos mentales para el nuevo tema y no podemos encontrar fácilmente lugares para la nueva información que recibimos.
Por esta razón, el aprendizaje formal es más efectivo y eficiente al principio. Una vez que se han formado los modelos mentales necesarios para conceptualizar el tema, la mayoría de los estudiantes pueden cambiar fácilmente al aprendizaje informal y defenderse por sí mismos.
Uno de los peligros de pasar al aprendizaje informal demasiado pronto es que, sin orientación, podemos tener ideas erróneas de nueva información. El Principio de Primacía de Thorndike dice que las primeras cosas aprendidas son las más fuertes. Puede ser muy difícil desaprender algo que se aprendió incorrectamente. Un buen maestro puede interceptar conceptos erróneos antes de que tengan la oportunidad de consolidarse.
A medida que los estudiantes se vuelven más avanzados, las diversas intervenciones de instrucción que un maestro puede hacer se hacen menos necesarias y menos efectivas. Eventualmente, la conveniencia del aprendizaje informal se vuelve más valiosa que la orientación del aprendizaje formal.
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Desafortunadamente, no hay un solo punto que pueda identificarse donde debe ocurrir la transición. Variará por tema y alumno.
Mi sugerencia sería hacer un diagrama de un modelo mental para el tema y usarlo para establecer sus pautas y luego hacer que la transición sea gradual, no un cambio repentino.