Haz este experimento:
- Haga que la clase 1 de niños en edad escolar primaria vote si quieren ir a la escuela. Deje que la Clase 2 (la misma edad, la misma escuela, la misma agrupación académica) siga el plan de estudios como un control.
- Es casi seguro que la clase 1 votará para no ir a la escuela, así que déjalos en su camino por un mes.
- Después de un mes, entregue a ambas clases el mismo examen sorpresa; asegúrese de que sea un examen basado en el plan de estudios de esa clase. Permítales compartir sus marcas entre sí y que la Clase 2 vea cuán pobres son las calificaciones de la Clase 1.
Si quiere concluir que “la democracia no funciona”, finaliza su experimento aquí y se abre un tapón ante el dulce sentimiento de reivindicación. Si quieres ver algo más interesante, continúa el experimento:
- Da recompensas a la Clase 2 por sus logros y deja que la Clase 1 se ponga celosa. Dígale a la Clase 1 que podrían obtener esas recompensas si fueran a la escuela.
- Si bien los resultados de las pruebas aún están frescos en sus mentes, haga que ambas clases voten si quieren ir a la escuela. El voto de “sí” aún puede no ganar, pero definitivamente habrá más votos de “sí” que con la Clase 1 en la primera parte del experimento.
Esta continuación del experimento demuestra el valor de informar a los votantes sobre las consecuencias de su voto.