¡Con los niños pequeños, el cepillarse los dientes y las visitas al dentista pueden convertirse fácilmente en una terrible experiencia!
Aquí hay algunos pasos que puede tomar que ayudarán a facilitar el proceso:
1. Comience joven. Los niños son muy impresionables, y cualquier actividad que se convierta en una rutina para ellos desde la infancia es mucho más probable que se convierta en un hábito a medida que crecen. Por lo tanto, le aconsejo que comience a cepillar los dientes de su bebé tan pronto como aparezcan los signos de los dientes o incluso antes, limpiándose las encías con una gasa si está realmente comprometido.
2. Hable de ello durante cada oportunidad de cepillado. No solo obtendrá un tiempo de compromiso significativo con su hijo, sino que también los ayudará a asumir la responsabilidad de su propia salud oral. Con mi propia hija, trato tanto como puedo para enfatizar la importancia de mantener los dientes sanos y la boca limpia mientras pasamos por su rutina antes de acostarse. Al transmitir el sentimiento de que “cepillarse los dientes los mantiene fuertes”, comenzó a comprender que es algo importante por su propio bien.
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3. Lleve a su hijo a sus propias citas con el dentista. Somos los modelos a seguir para nuestros hijos desde el parto, y como resultado, comienzan a copiar nuestro comportamiento de muchas maneras. Por lo tanto, tiene sentido que si ven que mamá y papá se limpian los dientes y actúan de manera amigable con el dentista, será más fácil para ellos sentirse cómodos con los chequeos dentales a medida que crecen.