La principal debilidad es la separación de sujeto y objeto, la reificación resultante del proceso en objeto y las constricciones resultantes sobre lo que constituye un discurso legítimo:
- Objeto: Nuestro enfoque principal, pero prestamos relativamente poca atención a cómo cambian, y mucho menos a cómo se relacionan con otros Objetos o con Temas.
- Tema: Se considera privado, casi fuera de los límites, y casi inútil para hablar; un egocentrismo forzado que se convierte en una profecía autocumplida.
- Relación entre Sujeto y Objeto: casi no tenemos vocabulario conceptual para este fuera de abstracciones vagas como Calidad y Belleza.
En defensa de la filosofía occidental, este ha sido el facilitador de la abstracción y la sistematización, y todos los beneficios que se han acumulado de ellos. De modo que el progreso ha sido un proceso continuo de descubrir y revertir nuestros compromisos con los callejones sin salida creados por el fundamentalismo sin fundamento.