La música es cíclica, como lo son los sonidos que vienen de ella. La mayoría de las películas también tienden a representar el futuro como personas que usan trajes espaciales de spandex y portan armas láser. ¿Recuerdas el 2015 de “Regreso al futuro?” ¿Dónde está mi hoverboard? Pero yo divago.
La música popular es muy electrónica en este momento, con instrumentación programada, voces muy cuantificadas y una producción impecable y limpia. En algún momento, la gente se cansará de escuchar música perfecta y estéril, y algo más orgánico subirá a la cima de la nada. Entonces, como siempre lo hacen, las discográficas y los productores se subirán al carro y eso seguirá su curso.
Los instrumentos reales pueden ir y venir del favor popular, pero al igual que el heavy metal, sin importar cuánto predigan las personas su eventual desaparición, los instrumentos orgánicos y las voces no procesadas siempre tendrán audiencia y encontrarán su camino de regreso “con estilo”.
PD: esa música se suele reproducir en las configuraciones del club de baile en esas películas. La música del club de baile ha sido un ruido de máquina sin alma durante al menos tres décadas.
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