Me gustaría desafiar todas las respuestas que dicen “nunca”, o “siglos por delante”. Creo que vienen de locales defectuosos. Las mejores predicciones que tenemos: en algún lugar en 2040.
Esta película presenta un concepto de singularidad tecnológica desde una perspectiva un tanto única. Pero el concepto se discute ampliamente durante mucho tiempo y, aunque existen muchas dudas, algunos aspectos son difíciles de cuestionar desde un punto de vista racional y científico. Los resumiré brevemente:
1. Nuestras mentes no son infinitamente complejas.
No me malinterpretes. Nuestras mentes son increíblemente complejas. Pero la ciencia dice que son generados por nuestros cerebros, que son básicamente sistemas distribuidos que consisten en 100 mil millones de neuronas conectadas con 100 trillones de sinapsis. Es un sistema de varios órdenes de magnitud más grande que nuestros supercomputadores más grandes actuales. Pero es finito y funciona de acuerdo con las leyes físicas conocidas. Y la brecha entre las supercomputadoras y los cerebros no es tan grande: solo hay varios órdenes de manitud.
Este punto suele ser desafiado por personas que creen que la mente es algo sobrenatural (que es un punto de vista irracional), o que no distinguen entre “entendido” y “indescifrable”. No sabemos cómo funciona nuestra mente, pero no es una razón para creer que nunca lo sabremos.
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2. Las simulaciones por computadora pueden generar un comportamiento emergente similar a la realidad.
Como ejemplo, veamos las simulaciones del tiempo. Se basan en un conjunto de ecuaciones y una gran malla discreta, pero crean análogos de fenómenos meteorológicos como frentes climáticos, ciclones, etc., incluso si nada de esto se implementó intencionalmente en la simulación. Surge a partir de interacciones de bajo nivel entre las células. El punto es que no necesitamos entender completamente el sistema para crear su analógico en simulación y analizar estas simulaciones en su lugar (y este es el punto central de las simulaciones por computadora).
Este punto es cuestionado por las personas que piensan que primero debemos entender algo por completo antes de poder simularlo. Pero no es cierto. Si ese fuera el caso, entonces no habría ningún punto en las simulaciones por computadora.
3. Las computadoras se vuelven más poderosas cada año.
Esto es obvio, pero la verdadera pregunta es: ¿por cuánto tiempo continuará esta tendencia? Hay voces de que la Ley de Moore está llegando a su fin, pero esas voces siempre estuvieron presentes. Probablemente estemos cerca de los límites de la tecnología de silicio, pero tenemos investigaciones en curso sobre muchos posibles reemplazos: grafeno, fotónica, espinotrónica, computación cuántica, etc. Y hay miles de millones de dólares gastados en investigación cada año. Es muy poco probable que las computadoras dejen de avanzar en los próximos 20 años.
Este punto es cuestionado por las personas que señalan los límites físicos en el procesamiento de la información. Pero si nuestras mentes procesan la información miles de veces más eficientemente que nuestras computadoras actuales, eso prueba que es físicamente posible. Solo necesitamos encontrar un camino. Y no necesitamos ser tan eficientes como nuestros cerebros. Construimos supercomputadoras millones de veces más grandes que nuestras cabezas y consumimos millones de veces más energía. Tenemos margen de mejora aquí.
Entonces, si aceptamos estas premisas, llegamos a la conclusión de que en los próximos 20 años crearemos máquinas lo suficientemente poderosas para emular sistemas distribuidos similares al cerebro humano. Una vez que hagamos esto, podremos realizar muchos experimentos en tales sistemas, lo que eventualmente puede llevar a la creación algo que muestre un comportamiento similar al de nuestra mente. Probablemente, esto estará tan lejos de la mente real como el modelado del clima actual, lejos del clima real, pero será suficiente para tener una conversación significativa. Inicialmente, dichos sistemas se ejecutarán en supercomputadoras y serán muy costosos, pero con el tiempo serán más baratos. En algún momento, podrían ser accesibles desde dispositivos móviles, como Siri o Watson (computadora) en la actualidad.