EMMANUEL LEVINAS (1906-1995), filósofo y comentarista talmúdico, nacido en Kaunas, Lituania, se naturalizó francés en 1930.
En 1923, comenzó a estudiar filosofía en la Universidad de Estrasburgo, donde entró en contacto con Charles Blondel, Maurice Halbwachs, Maurice Pradines y Henri Carteron. También fue durante estos años de estudiante que Levinas comenzó su amistad de por vida con Maurice Blanchot.
En 1928, fue a la Universidad de Friburgo para estudiar estudios de fenomenología con Edmund Husserl. En Friburgo también se encontró con Martin Heidegger, cuyo Ser y Tiempo (1927) debía tener una influencia profunda y duradera en su pensamiento. La deuda de Levinas con ambos maestros fue evidente en sus primeras tres publicaciones principales: La teoría de la intuición en la fenomenología de Husserl (1930), Existence and Existents (1947) y En Découvrant l’existence avec Husserl et Heidegger (1949).
En Francia, Levinas ganó el reconocimiento temprano como uno de los principales exponentes del trabajo de Husserl, y fue leído por Jean-Paul Sartre entre otros. Después de la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de la cual se gastó en cautiverio, Levinas frecuentó los círculos filosóficos de vanguardia de Gabriel Marcel y Jean Wahl.
Fue principalmente durante los años cincuenta cuando Levinas comenzó a desarrollar una filosofía ética muy original con el objetivo de ir más allá de la tradición éticamente neutral de la ontología. La primera obra magna de Levinas, Totalidad e infinito (1961), influida en parte por las filosofías dialógicas de Franz Rosenzweig y Martin Buber, buscó lograr esta desviación a través del análisis de la relación “cara a cara” con el Otro. En el centro del trabajo está la afirmación de que el Otro no es conocible, pero cuestiona y desafía la complacencia del yo a través del Deseo, el lenguaje y la preocupación por la justicia. Esta y otras afirmaciones se elaboraron más detalladamente en la segunda obra magna de Levinas, Sino que ser o más allá de la esencia (1974), un trabajo inmensamente desafiante y sofisticado que busca llevar la inteligibilidad filosófica al límite en un esfuerzo por disminuir las concesiones inevitables hechas a la ontología la tradición. Es este trabajo el que generalmente se considera la contribución más importante de Levinas al debate contemporáneo que rodea el cierre del discurso metafísico, comentado por Jacques Derrida, por ejemplo.
Junto a su corpus estrictamente filosófico, también deben mencionarse los llamados escritos confesionales de Levinas, especialmente sus comentarios talmúdicos ( Quatre lectures Talmudiques (1968), Du sacré au saint (1977), L’au-delà du verset (1982). Si bien estos muestran una clara confluencia con sus comentarios sobre la ética, Levinas negó haber intentado reconciliarlos explícitamente.
Levinas murió en París, el 25 de diciembre de 1995.
De: http://www.levinas.sdsu.edu/inde…