¿Podría la configuración de nuestros ojos (distancia entre alumnos) afectar la forma en que percibimos el mundo y, como resultado, afectar la forma en que se desarrolla nuestra personalidad?

Al responder a su pregunta, espero que no le importe que le proporcione algunos antecedentes. La distancia entre nuestros ojos generalmente se mide en “IPD (Inter Pupillary Distance”): esta es la distancia entre el centro de nuestros dos alumnos.

Entre los diversos estudios realizados sobre IPD, los resultados primarios han sido el de Percepción de la Profundidad, en el que una disminución en la IPD produce un aumento de la percepción de la profundidad. Algunos animales también tienen una IPD muy pequeña que resulta en un “campo de percepción de profundidad binocular” que los ayuda a cazar presas.

Debido a la forma en que funciona la vista humana, suponiendo que no haya defectos estructurales, la DIP no afectará el enfoque (músculo ciliar y lente) o incluso la visión periférica (colocación de ojos en la cabeza) que, si se ve afectada, puede tener un efecto psicológico en el individuo. Debido a una menor o mayor percepción del entorno.

Dado que la desviación natural de la DIP no es muy grande, la variación de la percepción de la profundidad es leve entre los individuos y no afectaría su desarrollo psicológico.

Se han realizado algunos otros estudios sobre la correlación de IPD con la efectividad en juegos como el béisbol, pero creo que no hay resultados concluyentes y la ventaja / desventaja que IPD ofrece al jugador en su juego es mínima.

Referencias:
Distancia interpupilar
[Efecto de la distancia interpupilar en… [Klin Monbl Augenheilkd. 1996]
Percepción de distancia visual y percepción de profundidad