El mundo es la voluntad de poder y nada más. La totalidad de la voluntad de poder se llama Llegar a ser. El universo es un gran todo caótico en el que nos encontramos a nosotros mismos, nuestro propio ser individual único con una perspectiva única. Y desde nuestra perspectiva, las cosas parecen distintas, hasta que las consideramos como partes de un todo, o simplemente como partes de una manifestación más grande de la voluntad de poder en el momento de convertirse. La diferencia entre que el universo sea una unidad entera y las cosas que aparecen distintas dentro de esa unidad es una cuestión de gestalt.
¿Ves a una anciana, o una joven?
Nietzsche nombró los dos lados de esta gestalt apolínea y dionisíaca. Apolo era el dios de la luz y la sabiduría, y en su luz las cosas parecen distintas. Dioniso es un dios del vino, el teatro, el éxtasis y la locura. Como dios, representa la disolución del individuo en el conjunto, y para Nietzsche representa el fundamento de la cual todos emergemos como individuos. Entonces, si estás viendo el Universo como un gigantesco choque de poder caótico, o como una unidad depende de tu orientación hacia el Universo, y esta orientación se puede cambiar tan fácilmente como este pato puede convertirse en un conejo. O viceversa.
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