En 1927, la psicóloga Bluma Zeigarnik cenaba en un restaurante.
Comenzó a observar atentamente a los camareros recibiendo órdenes, y notó un patrón obvio, pero importante en su trabajo.
Los camareros pudieron recordar los pedidos hasta el último detalle, mientras aún servían la mesa, pero tan pronto como los clientes pagaron y se fueron, lo olvidaron por completo.
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Tu cerebro guarda información y tareas que aún no has terminado. Tan pronto como haya terminado, los olvida, ya que nadie puede poseer los recursos para guardar cada pieza de la lista de la compra o la tarea de trabajo finalizada.
El efecto Zeigarnik se conoce principalmente como un removedor efectivo de gusanos de oído, pero también se puede usar de una manera más significativa.
Si trabaja en un proyecto o tarea prolongada, tómese un descanso en un punto en el que realmente le gustaría continuar y haga algo completamente diferente.
La subconsciencia sigue trabajando y pensando en la tarea y encontrando maneras de resolverla.
Las cosas caerán en su lugar mucho más fácilmente que si hubieras seguido yendo sin parar.
Fuentes:
Efecto zeigarnik
El efecto Zeigarnik – Gestión de proyectos