¿Es el odio una pandemia global? Si es así, ¿cuál es su punto de origen exacto?

En grupo, fuera de la mentalidad grupal, el prejuicio y el odio es un producto de nuestra evolución.

La evolución del prejuicio

Dado que la mayoría de los conflictos difíciles que enfrentamos en el mundo actual se originan a partir de choques entre grupos sociales, tiene sentido dedicar tiempo a entender cómo reducir nuestros sesgos. Pero nuestro pasado evolutivo sugiere que para ser eficaces, es posible que tengamos que adoptar un nuevo enfoque. A menudo nos centramos más en factores políticos, históricos y culturales que en los patrones de pensamiento subyacentes que alimentan todos los conflictos. Al tener en cuenta hasta qué punto el prejuicio está profundamente arraigado en nuestros cerebros, tenemos una mejor oportunidad de encontrar soluciones a largo plazo que funcionen con las tendencias naturales, en lugar de en contra.

Como tal, el odio no es una pandemia global. Siempre ha existido desde que somos humanos y probablemente contribuyó a nuestra supervivencia en lugar de lastimarnos.

Me gusta esta forma de analogizar el odio. Me gustaría imaginar que su punto de origen fue el primer ser humano que decidió no aclarar qué hizo otra persona que los lastimó accidentalmente y, en cambio, decidió que la persona había hecho lo que hizo intencionalmente. Podría decirse que esto puede ir más lejos que nuestra especie porque los primates también parecen tener este tipo de malentendidos.

Afortunadamente, hay cosas llamadas amor y gracia que son poderosos y antídotos restauradores.

Cuando podemos percibir o imaginar el sufrimiento de alguien en su odio, podemos perdonarlos y romper la cadena. La clave es imaginar y percibir. Se requiere una inmensa cantidad de esfuerzo, a veces una cantidad injusta de esfuerzo, para que podamos ver más allá de nuestro propio punto de vista y adoptar la perspectiva del otro de una manera compasiva, pero hacerlo no es más que sorprendente. Se podría argumentar que es sobrenatural, en realidad.

Semánticamente, tu argumento es débil. Las pandemias son la propagación de enfermedades transmisibles, y podrían extenderse metafóricamente a los memes.

Pero puedes odiar algo independientemente de que a alguien más le disguste. Así que es difícil llamar a esto “comunicable”.

Sí. Su punto de origen está dentro del cerebro humano.