Solo el gobierno tiene las herramientas para salvar el medio ambiente, si no la voluntad política real para hacer algo del ahorro.
Si bien hemos visto algunos cambios corporativos bastante impresionantes hacia modelos de negocios sostenibles para mejorar los impactos de la sociedad en la salud del planeta, no es suficiente. Y aunque el sentido de responsabilidad personal de las personas ha crecido (en áreas de reciclaje, consumismo consciente, reducción de desperdicios y energía …), todavía no es suficiente.
Tenemos un obstáculo serio y aparentemente insuperable en la naturaleza variable de la economía y los sistemas que necesitan ser cambiados radicalmente para cambiar la marea terrible.
No me gusta esta pieza que se publicó en The New York Times en septiembre: Going Green but Getting Nowhere http://www.nytimes.com/2011/09/09/0…. Es un contexto decente, sin embargo.
- ¿Por qué debería haber una regla para todos?
- ¿Han tenido éxito los socialistas / comunistas en vender su filosofía como superior a la mayor libertad y libertad prescritas en la Constitución de los Estados Unidos?
- ¿Cómo sería un mundo en el que la verdad no está siendo superada por la falsedad?
- ¿Qué es la “justicia”?
- ¿Ya hablan de Herbert Marcuse en las clases de filosofía política?
Decirnos que nuestros esfuerzos de sostenibilidad personal son inútiles es, como mínimo, inútil para la solución. El apoyo público a iniciativas verdes sustanciales y significativas es lo suficientemente tenue como para que cualquier desaliento a la participación individual erosione la circunscripción de votantes comprometidos que pueden exigir con éxito acciones gubernamentales sobre este tema.
En la OMI, el escritor Paul Hawken lo explicó mejor en 1993 en The Ecology of Commerce , lo cual fue provocativo por afirmar que la economía, como está, no detendrá las predicciones apocalípticas de los ambientalistas, incluso si todos nos convertimos en eco-ángeles.
http://www.paulhawken.com/paulha…
Perdimos la oportunidad de hacer cambios radicales cuando la Gran Recesión golpeó en 2007-2008 y las industrias del viejo mundo estaban recibiendo rescates, sin cambios serios en la forma en que operan.
El gobierno necesita arrancar la curita, pronto y con algo de confianza. El gobierno debe revisar los sistemas que damos por sentado y confiar en ellos, a pesar de sus efectos negativos para la salud a largo plazo del planeta. El gobierno debe demostrar que tiene el futuro en mente, no solo los dolores a corto plazo. Necesita apuntalar los programas existentes con planes de juego constructivos. Debe actuar a nivel mundial, centrándose en las economías que crean los mayores problemas y ofrecen la mejor mejora potencial más sustancial.