¿Se puede explicar científicamente la ira?

Por supuesto.

La ira es una de las emociones básicas que se cree que están presentes en todos los humanos; las personas en cada cultura experimentan enojo y pueden reconocer expresiones faciales enojadas de otras culturas.

Algunas de las respuestas fisiológicas básicas a la ira (aumento del flujo sanguíneo, cambios en la postura, aumento de la tensión muscular) parecen preparativos para la violencia. Psicológicamente, las personas enojadas subestiman sistemáticamente el riesgo, es más probable que ofrezcan evaluaciones negativas de los forasteros y califiquen otros eventos que los enojarían como más probables que ellos mientras están tranquilos.

Como las personas generalmente se sienten enojadas cuando sienten que ellos o sus aliados han sido perjudicados, es probable que sirviera para ayudar a implementar algo más o menos equivalente a la estrategia tit-for-tat en la teoría de juegos.

La neurología de las emociones es compleja, y aún está siendo estudiada. La estimulación eléctrica cerebral puede producir ira, generalmente en el hipotálamo, pero no es consistente entre los sujetos. Sabemos por neuroimagen que el hipotálamo está probablemente involucrado en la decisión de las respuestas emocionales a los eventos actuales, y la amígdala está más involucrada en las respuestas emocionales a los recuerdos, pero nuestra comprensión de esto es todavía vaga.