¿Cómo podemos entender el verdadero significado del silencio?

Cuatro monjes decidieron meditar en silencio sin hablar durante dos semanas. Comenzaron con entusiasmo y nadie dijo una palabra en todo el día. Al caer la noche del primer día, la vela comenzó a parpadear y luego se apagó.

El primer monje soltó: “¡Oh, no! La vela está apagada”.

El segundo monje dijo: “¡Oigan! ¡Se supone que no debemos hablar!”

El tercer monje dijo con voz irritada: “¿Qué es esto? ¿Por qué ustedes dos rompieron el silencio?”

El cuarto monje sonrió y dijo: “¡Guau! Soy el único que no ha hablado”.

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Reflexiones

Cada monje rompió el silencio por una razón diferente, cada una de las cuales es un obstáculo común en nuestro viaje interior. El primer monje se distrajo con un aspecto de su experiencia (la vela) y olvidó lo que era más importante: la práctica de presenciar sin reaccionar. El segundo monje estaba más preocupado por que otros siguieran las reglas que cuando practicaban él mismo. El tercer monje dejó que su ira hacia los dos primeros monjes lo afectara. Y el cuarto monje se perdió por culpa del orgullo.

¿Por qué habló el cuarto monje? Simplemente podría haber mantenido su silencio y habría tenido éxito en su esfuerzo. Pero si lo hubiera hecho, lo más probable es que los otros tres pudieran haber continuado discutiendo y ni siquiera haber notado su silencio. Algunas personas son así. Su lema es “Si estoy haciendo algo bueno, pero nadie se da cuenta, es mejor que no lo haga en absoluto”. Creen que la recompensa no está en el esfuerzo, sino en el reconocimiento.

Hay una hermosa cita: “Es la procedencia del conocimiento hablar; es el privilegio de la sabiduría escuchar”.

A medida que aprendemos a escuchar de verdad, a presenciar y observar sin reaccionar impulsivamente con la distracción, el juicio, la ira y el orgullo, comprendemos el verdadero significado del silencio.