Henri Bergson piensa que las personas pueden tener libre albedrío, pero muchas veces sus movimientos son automáticos y simplemente actúan como robots, es decir, estamos determinados. Sin embargo, este no es siempre el caso y puede cambiar.
Permítanme explicar algunos de sus principales pensamientos que nos ayudarán a comprender la esencia de la idea de libre albedrío de Henri Bergson:
- Primero, piensa que nuestra mente es una gran masa de emociones entrelazadas e interconectadas que no se pueden contar ni racionalizar porque son cualitativas y no cuantitativas. Cuando sentimos algo, Bergson indica que este sentimiento es como una mancha de tinta que se extiende a través de nuestra masa mental: cuanto más fuerte (es decir, de mejor calidad) el sentimiento, más “áreas” de esta masa interdependiente se verán afectadas. Es por eso que cuando sentimos algo realmente fuerte, nada más interfiere con esa emoción.
- En segundo lugar, Bergson piensa que, como somos animales sociales y porque nos comunicamos a través del lenguaje, tendemos a explicar un sentimiento que es cualitativo con palabras que son “cuantitativas”. Nos gusta organizar nuestra mente en diferentes categorías para poder explicarlo mejor y poder mejorar nuestras interacciones sociales. Esto nos lleva a un gran problema: solo explicando nuestra mente a través de las cantidades, nos limitamos a estas categorías; Lo cualitativo es alterado por el lenguaje y las categorías y se vuelve cuantitativo. Además, la sociedad nos incita a considerar esta falsedad como lo que es la mente, así como la verdad. Pero, de hecho, no podemos y no podemos explicarlo completamente. Por lo tanto, una “corteza cuantitativa” comienza a formarse en la “capa” superficial de nuestra mente, porque pensamos que la interpretación es la realidad. Como consecuencia, vivimos nuestra vida usando estas categorías todos los días, a través de nuestras tareas diarias: trabajar, hablar, socializar. Pero estas categorías son cuantitativas, y por lo tanto predecibles. Bergson estará de acuerdo en el hecho de que, por ejemplo, cuando decidamos si tomar una manzana o no tomar una, esta elección no será una elección real, será determinada y predecible. Por lo tanto, las personas simplemente se convierten en un fenómeno científico que puede predecirse el 99% del tiempo. Sin embargo, cuando sentimos un sentimiento real, muy intenso, nuestro yo genuino “explota” esa corteza y permite que el sentimiento sea genuino. Este sentimiento no está determinado y posee libre albedrío. Por ejemplo, en una situación en la que un pintor pintaría su obra maestra soñada, uno no podrá descubrir qué habrá en la pintura antes de que esté terminada. Esto me lleva al punto final.
Al aire libre
- Tercero y último, Bergson refutará la teoría de la predicción de los deterministas de varias maneras. Explicaré la que mejor se adapte a la respuesta. Supongamos que los filósofos / científicos intentan predecir qué va a haber en la pintura antes de que se pinte, como en el ejemplo anterior. Supongamos que conocerían al pintor de adentro hacia afuera, así como cualquier otro hecho en todo el universo que podría ejercer una influencia en lo que se va a lograr. Bergson afirma que incluso si estos investigadores lo supieran todo, aún serían incapaces de determinar el próximo movimiento del pintor. Por qué ? Primero, porque el conocimiento de los científicos no sería la verdad, ya que estaría en diferentes categorías que no reproducirían la calidad de los sentimientos pasados. Segundo, porque el filósofo francés muestra que nuestra mente cambia constantemente. Cada segundo que pasa hace que nuestro yo sea un poco diferente. Así, cuando el pincel del pintor está a punto de alcanzar el lienzo, el artista seguirá cambiando en el presente, haciendo imposible que los científicos / filósofos puedan predecir el futuro. Su futuro, sentimiento genuino y, en consecuencia, su futura pincelada cambiarán cuando se hagan presentes. Por lo tanto, la pintura será diferente de lo que predijeron los llamados “expertos”.
- En conclusión, la mayoría de los movimientos de los tipos comunes se pueden predecir porque se ha conformado a los requisitos de la sociedad (es decir, el lenguaje) y, por lo tanto, está empapado en una vida predecible, parecida a un robot. Por eso es tan difícil tener libre albedrío. Sin embargo, podemos superar eso, y convertirnos en quienes realmente somos.