Si no podemos escapar del relativismo moral, ¿puede haber alguna justificación para la intervención extranjera o incluso las normas internacionales sobre derechos humanos?

Creo que la suposición de que no se puede escapar al relativismo moral es errónea.

Hay ciertos aspectos de las culturas que pueden tratarse como diferencias simples y relativas. La comida, la ropa, la religión … hacen la diferencia, pero las diferencias no suelen ser de importancia crítica.

Otras cosas, como los derechos humanos, no son relativas. El excepcionalismo cultural no es ampliamente apoyado en esta área. De hecho, hay diferentes interpretaciones, pero son problemáticas para aquellos que tienen una versión diferente.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, por ejemplo, sostiene que hombres y mujeres son iguales en todos los aspectos. Por el contrario, la Declaración Islámica Universal de los Derechos Humanos sostiene que las mujeres son diferentes de los hombres y tienen diferentes conjuntos de derechos. Este es de hecho un punto de fricción.

La diferencia lleva a la intervención en al menos el frente público, aunque no necesariamente en un nivel que justifique una acción militar.

De manera similar, el apartheid en Sudáfrica estaba dentro de las normas de la cultura dominante, aunque minoritaria, de los blancos. La intervención internacional, aquí, principalmente económica, llevó a su finalización en 1994. El apartheid no solo se encogió de hombros como “los extranjeros hacen cosas graciosas”, sino que se consideraba incompatible con los derechos universales.