Creo que sin ideología no podemos funcionar realmente. Y las ideas nuevas son en su mayoría exageraciones extrapoladas de ideas existentes. Una especie de hybris.
La falsificabilidad reconoce la posibilidad de que la idea pueda estar equivocada.
Va incluso más lejos e invita al desafío, que es realmente lo que hace que una idea falsificable, siempre que se mantenga sin falsificación especialmente fuerte.
Desafortunadamente, la mayoría de las ideas que gobiernan nuestras vidas no son realmente falsificables.
¿Cuál es la mejor sociedad?
Todos los seres humanos son iguales.
¿Cómo llevar la vida?
¿Es mejor ser egoísta o desinteresado?
etcétera etcétera.
- Enfrentados a nuestro destino, ¿estamos tirando de nosotros como un perro con una correa?
- ¿Es cada momento un microcosmos de toda tu vida?
- Si crees que hay una diferencia, ¿cómo defines ‘verdad’ versus ‘hecho’?
- Cómo saber en qué materia me interesa.
- ¿Cómo es posible saber qué es la nada?
Puede tomar una decisión al respecto, lo que más le convenga o convenza, pero no puede producir una idea falsa, solo una que sea más plausible para usted y para otras personas en una situación similar. Y si bien puede argumentarlas objetivamente hasta cierto punto, no puede determinar las últimas consecuencias.
Cuando se hacen intentos científicos para responder a estas preguntas, principalmente se replantean fundamentalmente, no siempre para mejor.
Esas ideas siempre tienen un elemento de fe en ellas, porque se requiere un salto que tome una decisión sobre un asunto que no se puede verificar en última instancia. Tiene un elemento de miopía, eso es cierto. Pero no todas las ideas o conceptos de relevancia tienen el privilegio de estar definidos tan estrictamente como lo son en las ciencias “exactas”.
Irracional no es, por lo tanto, tomar tal decisión.
En ciertos niveles es simplemente práctico.
Aún puede reconocer que podría estar equivocado, pero no puede abrirse de manera realista para ser desafiado permanentemente en todos y cada uno de los supuestos. Porque siempre habrá alguien que estará en desacuerdo con usted por razones igualmente infalsificables.