No, los estudios recientes no refutan el concepto. El concepto dice dos cosas simples:
1) Los individuos tienen diferentes capacidades y preferencias para aprender.
2) Si se pueden identificar las variables que cuantifican esas diferencias, debería ser posible adaptar la capacitación para aprovechar al máximo el aprendizaje para el individuo.
Realmente no es posible refutar ese concepto. El reto es identificar esas variables. Hay más de 70 modelos diferentes que intentan hacer eso. Muchos de ellos probablemente no tienen sentido, pero eso no significa que todos lo sean.
Esos estudios son realmente bastante defectuosos, en el examen. Un problema común con los estudios de instrucción es que para asegurar que todos los sujetos del estudio tengan experiencias de aprendizaje comparables, los estudios utilizan un tema relativamente simple. El problema con esto es que la intervención educativa, como la adaptación a los estilos de aprendizaje, no es realmente un valor agregado para el contenido simple. La intervención educativa es más efectiva cuando se usa para evitar que el estudiante exceda su capacidad de carga cognitiva, porque en ese momento el aprendizaje se detiene.
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Por lo tanto, un estudio que evalúa la efectividad de una intervención educativa debería poner al estudiante bajo una carga cognitiva alta para ver si la intervención ayuda. Si el estudiante no está bajo estrés, la intervención no se nota.