Primero, debemos tener un significado claro de la palabra “conductor” y “aislante”.
Los conductores son materiales que contienen cargas móviles. Si aplicamos un voltaje a través de estos materiales, sus cargas comenzarán a fluir.
Los aisladores son materiales que no contienen cargas móviles. Si aplicamos un voltaje a través de estos materiales, sus cargas permanecerán en su lugar.
Mira, ya hemos respondido parte de tu pregunta. En los conductores, una tensión forzará las cargas de los conductores para comenzar a fluir. (Un conductor es como un tanque de agua, donde la “electricidad” es el agua. Revuelva la electricidad interna de los conductores y cree una corriente eléctrica).
Y dentro de los aisladores, las cargas están bloqueadas en su lugar. Si aplicamos un voltaje, no podemos mover las cargas. No aparecen corrientes de electricidad.
Pero ¿qué pasa con los malos conductores?
La “bondad” o “conductividad” de un conductor depende de dos cosas principales: 1) el número total de partículas cargadas presentes en cada bit del conductor, y 2) qué tan lejos pueden moverse antes de chocar contra algo. Por ejemplo, en buenos conductores, las cargas pueden desplazarse largas distancias sin desviarse ni detenerse. Pero en los conductores de alta resistencia, las cargas no pueden acelerar mucho, ya que se estrellan inmediatamente en un bloqueo: un defecto de cristal en un sólido, etc. Este efecto se denomina “movilidad de carga” y, a mayor movilidad, mayor es la movilidad. La conductividad del material.
Por ejemplo, el agua salada y el ácido de la batería son malos conductores en comparación con el metal. En el agua salada y el electrolito de la batería, las cargas móviles son grandes iones. Durante una corriente eléctrica, los iones cargados tienen que abrirse paso entre las moléculas de agua apretadas. Los iones intentan acelerar, pero luego alcanzan un H2O y se desvían. Por otro lado, dentro de los metales, los electrones son pequeños, y también hay muchos de ellos (un electrón libre liberado por cada átomo de metal). Aplica un voltaje, y los electrones móviles vuelan a través del metal, recorriendo grandes distancias antes de estrellarse. Una vibración de celosía o un defecto de cristal. Por esta razón, los metales conducen miles de veces mejor que el agua salada.