El objetivismo no tiene nada en común con el perspectivismo, y en un sentido crucial, el objetivismo es lo opuesto al perspectivismo.
Según el objetivismo, la realidad existe independientemente de su percepción, y la conciencia (que incluye percepciones y conceptos) es la identificación de esa realidad objetiva. De esta premisa objetivista se desprende que si dos concepciones o proposiciones sobre la realidad se contradicen entre sí, al menos una de ellas debe ser errónea, es decir, ambas no pueden ser verdaderas.
Según el Perspectivismo, por otra parte, el hecho de que la realidad se puede ver desde diferentes perspectivas significa que la verdad depende de la perspectiva, por lo que la “verdad” es relativa a la perspectiva del observador o pensador. Se sigue lógicamente de esta premisa Perspectivista que dos “verdades” pueden contradecirse entre sí y ambas ser verdaderas. Este paso lógico puede no haber sido tomado explícitamente por los Perspectivistas del siglo 19, pero el siglo 20 trajo muchas filosofías que orgullosamente proclamaron exactamente eso: esa “verdad” para usted puede contradecir la “verdad” para mí y ambas “verdades” son válidas, Porque no hay verdad. El objetivismo empieza a diferir.
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