Cada uno de los diálogos de Sócrates está diseñado para definir términos filosóficamente importantes: por ejemplo, verdad, belleza, piedad y conocimiento. En el diálogo de La República, Sócrates se propone definir el término justicia.
Una creencia común sobre la justicia es que ser justo es un bien moral. ¿Pero por qué? Algunos se quejan de que una persona “verdaderamente” justa debe estar desprovista del sentimiento especial, que merece la pena moral, es decir, nuestro amor por aquellos que están cerca y son queridos. Para ellos, una persona justa es como un robot que carece de simpatía humanitaria. Algunos se quejan de que una persona justa es simplemente una persona más fuerte. Para ellos, la justicia es el interés de los más fuertes. En cualquier caso, la justicia no suena como un bien moral.
Sócrates quiere mostrar por qué la justicia es un bien moral. Para esto, Sócrates sugiere que deberíamos considerar la justicia de una nación ya que la justicia de una persona es demasiado microscópica para verla. Según Sócrates, una nación es justo cuando las tres clases de una nación hacen su trabajo y, por lo tanto, están en armonía. En particular, la clase dominante es sabia, la clase protectora (soldados) es valiente, y la clase productora (artesanos y fabricantes de dinero) es moderada en su apetito. Ergo, afirma Sócrates, una persona es justo cuando su alma y su cuerpo están en armonía. Seguramente, tal armonía es moralmente buena para que la persona tenga la capacidad de mantenerla.