Platón usa la alegoría para describir ciertos problemas con nuestro pensamiento y su remediación.
Cuando estamos demasiado apegados a las cosas materiales, las ambiciones y los deseos falsos distorsionan nuestro pensamiento: nuestros conceptos y razonamientos se corrompen y engañan; ya no vemos las cosas de verdad, sino que somos como prisioneros, encadenados por nuestros apegos e ilusiones, viendo meras sombras de la realidad.
Para tomar un ejemplo común, si un hombre está obsesionado con el sexo, entonces tiende a ver a las mujeres principalmente en términos sexuales, en lugar de hacerlo porque realmente lo están.
El problema se soluciona a medida que aprendemos a amar la Sabiduría, la Virtud y la Verdad, porque (1) son más hermosas que las cosas materiales, (2) traen mayor alegría y felicidad, (3) sus efectos perduran (mientras que los objetos materiales pronto pierden su valor) apelar), y (4) los frutos de estas Veridades Eternas agrandan nuestra alma, con beneficios que posiblemente duren más allá de esta vida mortal.
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A medida que realineamos nuestros deseos e intenciones de acuerdo con la Sabiduría y la Virtud, abrimos una ventana a nuestra Conciencia Superior (la Luz en la alegoría de Platón), que ilumina todo y todos los aspectos de la vida adecuadamente, permitiéndonos ver las cosas correctamente.
Cuando estamos conectados a nuestra Conciencia Superior, podemos ver lo que es verdaderamente bueno en cada caso particular, y nuestros deseos e intereses se vuelven bien gobernados y armoniosos entre sí: una parte de nuestra personalidad ya no está en conflicto con las demás (es decir, la “República” de nuestra alma es armoniosa).
El regreso de los antiguos prisioneros a la cueva para educar a otros podría simbolizar nuestro “filósofo interior”, armado con esta visión del Bien, tratando de redimir y reformar las otras partes de nuestra personalidad.
Contrariamente a la opinión común, la República no es la receta de Platón para una ciudad-estado ideal; Toda la obra es una alegoría sutilmente elaborada que Platón utiliza para explicar el funcionamiento del alma humana y su salvación mediante el “amor a la Sabiduría” ( filosofia ).