Dados todos los avances tecnológicos en los que los robots y la tecnología pueden asumir muchos de los trabajos realizados por los humanos, la gran pregunta es: ¿cómo agregarán valor los humanos? Esta es una pregunta que muchos de nosotros tenemos ahora, y en la televisión, la vemos en la serie reciente, “Humans” de AMC. En la primera parte del programa, un adolescente se pregunta en voz alta si hay algún punto para ir a la universidad y entrenar como neurocirujano, cuando se puede programar un androide avanzado con estas habilidades. ¿Es esta una muerte de la pericia humana? No es sorprendente que se sienta incómodo.
Es difícil decir con certeza que las limitaciones actuales de la tecnología seguirían siendo una limitación en los próximos años, dado que una y otra vez, se superan los obstáculos y nos sorprenden sus capacidades. Sin embargo, es probable que todavía haya algunos casos en los que los humanos puedan continuar “agregando valor”, definitivamente o por pura percepción.
1. Necesidad de responsabilidad humana, donde es necesario que las personas sean responsables de las decisiones tomadas. Por ejemplo, líderes gubernamentales, presidentes ejecutivos y jueces, donde se deben tomar decisiones importantes.
2. Establecimiento de objetivos: a medida que cambian los objetivos, y los ajustes de problemas también están sujetos a cambios y lo que consideramos importante, es probable que sigan siendo roles “humanos”.
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3. Donde exista la necesidad de empatía y contacto humano, satisfaciendo las necesidades interpersonales. Si bien una enfermera robot puede realizar las tareas técnicamente de manera eficiente, las miradas amables y la sonrisa de una enfermera humana y el calor que brindaría a una persona enferma no podrían ser reemplazados fácilmente por un robot. Una experiencia de cliente diferenciada también requiere un ojo apasionado y atento a los detalles.
¿Qué significa esto para nuestros hijos y la educación? En el ámbito de la educación, las habilidades profundas se suelen recoger en la escuela en el nivel terciario. Esto continúa en el lugar de trabajo donde aprendemos en el trabajo. Las habilidades blandas, por otro lado, requerirán una interacción constante con los demás, para ser afiladas y no son sencillas para enseñar o aprender, sino que provienen de una observación aguda. Las habilidades sociales valiosas incluirán empatizar, colaborar, crear, liderar y construir relaciones. Quizás un primer paso simple con el que podemos comenzar ahora es “ponernos en la piel de los demás”.
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