¿Es posible que nuestra confianza en nuestros sentidos naturales disminuya hasta tal punto que retrocedan y se vuelvan casi obsoletos?

Bien, miralo de esta manera. Cuando mis padres eran niños, el uso de anteojos era aún tan poco común que te atraparían por usarlos. Hoy en día, cada tercera persona los usa.

PERO eso no significa necesariamente que nuestros ojos, como especie, hayan empeorado. Significa que ahora tenemos la capacidad de detectar las diferencias y compensarlas para que cualquiera pueda tener la mejor vista posible.

Nuestros sentidos naturales están en flujo. De niño, tu cerebro aprende a desconectar las cosas, pero a medida que vives en diferentes entornos a lo largo de tu vida, tu cerebro también puede volver a sintonizar las cosas *.

Entonces, mientras no haya una desventaja evolutiva para este tipo de flexibilidad (es decir, que te maten antes de que puedas hacer bebés debido a eso) no va a desaparecer.

No es irrazonable imaginar un futuro en el que, debido a la tecnología, hemos sintonizado muchos de esos sentidos (o, en algunos casos, pueden mejorarse porque tienen que interactuar con la tecnología de manera diferente). Pero esos sentidos no se “desvanecerán” o evolucionarán (como se ve con el pez cueva, por ejemplo) hasta que haya una razón evolutivamente viable para hacerlo.

Por el contrario, todas las tendencias más actuales en tecnología ahora tienen el objetivo de permitir que las personas utilicen mejor sus sentidos naturales. Para la visión, tenemos televisores 4K, computadoras y teléfonos inteligentes “Retina” con alta resolución de DPI, y auriculares de realidad virtual como Oculus Rift. Para tus oídos, Dolby Atmos está lista para que escuches 360 grados. Y el “motor taptic” del Apple Watch involucra su sentido del tacto para transmitir información.

Aún no hay usuarios tecnológicos para el gusto o el olfato, pero eso puede ser lo mejor.