Podemos enseñar a los niños cómo funciona la mente y las verdades más profundas sobre sí mismos, no sobre la doctrina religiosa, sino sobre la verdad de sus naturalezas innatas.
Podemos enseñar a los niños de la manera que mejor puedan aprender. No todos los niños asimilan la información de la misma manera. Sin embargo, se ven obligados a aprender un paradigma. Me sorprende que los educadores no aborden este hecho tan importante. Eso es como alimentar a todo tipo de animales con semillas de aves.
Podemos enseñar a los niños a meditar. Hay una ciudad en Ohio en la que la ciudad entera medita dos veces al día. Practican la meditación trascendental. Los niños meditan antes de la escuela todos los días, y más tarde esa noche. Sobresalen en todos los sentidos, no tienen acoso escolar, son más tranquilos y están más centrados y son mucho más seguros de sí mismos.
A los niños se les enseña conceptos limitativos y separativos sobre sí mismos. Se les enseña a temer, a sentirse culpable, a compararse con los demás, a creer en la falta y la pérdida, a ser jueces, a odiar, a enojarse con los demás ya justificar los celos y el resentimiento.
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A los niños se les administra veneno. Se convierten en reflejos de “adultos” mentalmente ignorantes y disgustados. Ven cómo actúan los adultos. Los imitan.
La ironía es que los niños deben ser guiados por adultos y muchos adultos son niños que fueron enseñados por adultos desequilibrados e ignorantes.
No sabían nada mejor porque quién los guiaba no sabía nada mejor.
Pero los niños vienen a este mundo extremadamente abiertos a las hermosas verdades acerca de quiénes son.
Solo podemos dejar de desperdiciar el potencial de nuestros hijos al dejar de destetarlos, quitándoles su sentido de auto autoridad y autoestima. El potencial florecerá cuando enseñemos a nuestros hijos sobre quiénes y qué son realmente. Enséñeles de manera que puedan aprender y dándoles técnicas para despertar sus mentes que los fortificarán contra el mal comportamiento y la duda de sí mismos.
La religión ha fracasado. La ciencia ha fallado, el desfile de adultos a través de la historia ha fallado. Por supuesto, muchos niños han emergido a través del tiempo como seres humanos inteligentes y amorosos. Pero cuando miramos a nuestro alrededor, vemos que los que causan más dolor a nuestro mundo prevalecen en las noticias. Fueron alimentados con veneno. Fueron transformados en monstruos.
Enseña a los niños QUIENES Y QUÉ son a nivel metafísico y espiritual. No hay otra manera. No los cargue con la religión organizada, no los inste a cerrar sus mentes a nuevas posibilidades.