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El conocimiento es infinito. El verdadero conocimiento nos lleva a un espacio de “Hay mucho más que saber”.
No se puede tener todo el conocimiento todo el tiempo, pero definitivamente se pueden tener sugerencias cuando sea necesario. Por ejemplo, uno no puede saber todos los libros en la biblioteca. Pero si se necesita algo sobre la teoría cuántica, el bibliotecario puede apuntar a una sección relevante en un rack particular.
El conocimiento no es solo lo que se gana a través de los libros (eso es solo información). Uno puede ver el conocimiento en todas partes cuando está abierto. Uno puede aprender desde las hormigas más pequeñas hasta las montañas más poderosas.
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Dado que el conocimiento es infinito, uno puede acceder a él estando en ese espacio de conciencia.
De vez en cuando, la naturaleza revela el conocimiento cuando es necesario. Por ejemplo, hace miles de años, cuando la humanidad padecía enfermedades y problemas de salud, los santos descargaron el conocimiento del ayurveda desde el espacio al acceder a la conciencia a través de la meditación.
El cerebro humano ha inventado teléfonos celulares, cohetes, satélites, computadoras, etc., pero la conciencia infinita que creó el cerebro es mucho más potente y poderosa que cualquier súper computadora.
Detrás de cada evento en nuestra vida hay conocimiento, detrás de cada objeto es infinito, detrás de cada persona está el amor, solo necesitamos un ojo para ver.