¿Qué pensaron los filósofos de la antigua Grecia?

Cuando Diógenes el cínico escuchó que Platón definía a los humanos como “bípedos sin plumas”, sacó un pollo y lo llevó a la Academia, diciendo: “¡He aquí el hombre de Platón!”

Ahora, seamos serios. La pregunta es demasiado vaga. Había docenas de filósofos, sofistas y sabios en el mundo griego antiguo. Algunos se llevaban bastante bien y se respetaban mutuamente incluso cuando no estaban de acuerdo. Otros estaban ansiosos por discutir, y algunos incluso eran enemigos.

Los filósofos jónicos probablemente se conocían; la leyenda dice que Anaximandro era el alumno de Thales y el maestro de Anaximenes, aunque cada uno de ellos tenía sus propias teorías cosmológicas. Más tarde, Sócrates enseñó a Platón y mantuvo una poderosa influencia sobre él incluso después de su muerte. Aristóteles respetó a ambos, pero también estuvo en desacuerdo con Platón y se sabe que dijo: “Platón es mi amigo, pero la verdad es un mejor amigo”. Platón aceptó muchas de las teorías de los pitagóricos, mientras que Aristóteles a veces las corrige y acusa. Los de pensar fuera del contexto científico. Tanto Sócrates como Platón criticaron e incluso humillaron a los sofistas, especialmente a los que consideraban vanos y pomposos (como Prodicus e Hippias), pero respetaban genuinamente a Protágoras, un filósofo que ambos consideraban un sofista también. Diógenes, como vimos, despreciaba a Platón, aunque respetaba a Sócrates. Platón, por otro lado, dijo una vez que Diógenes era esencialmente “Sócrates enloquecido”. Es obvio que la ironía era generalmente suficiente, pero a veces eran acusaciones reales y palabras de desprecio. También usado.

Bueno, seguro que había filósofos que tenían una buena opinión sobre los demás y lo contrario. Esto se deriva del hecho de que a menudo tenían opiniones diferentes y conflictivas sobre los mismos temas, que terminaron subestimándose unos a otros. Sin embargo, esto no era un fenómeno generalizado y en general tenían relaciones cercanas.

Nuestras fuentes principales para Sócrates y Platón y Jenofonte. Cada uno evitó mencionar al otro.

Cualquiera que sean las fuentes que tenemos están seriamente sesgadas.