¿Cuáles son las implicaciones filosóficas de la oscuridad?

Amo la oscuridad, es algo para ser apreciado y apreciado. Un aliado contra la “luz”. El problema hoy en día es que la humanidad constantemente se basa en 2 estereotipos.
1. Luz = pureza y bondad
2. Oscuro = mal
Pero hay algo que me gustaría señalar.
Es que el mal siempre encarna el concepto de luz. Una luz tan deslumbrantemente brillante que la humanidad arroja sus ojos hacia el suelo y se niega a verla. Es esta luz la que puede ocultarse a simple vista y brillar con tanta fuerza que cada grieta y superficie se ilumina y el hombre no tiene a dónde correr. Es esta luz la que nos hace darnos cuenta de que estamos desnudos y solos, y buscaremos cualquier cosa por comodidad. Ya sean las mentiras o la unión de la masa de los ignorantes y los necios.
El mal no se manifiesta como la oscuridad, porque los humanos evitan la oscuridad a toda costa. El mal quiere propagarse por todas partes y en cualquier momento. Y la ironía de todo esto es que la oscuridad es nuestro único aliado verdadero que nos permite ser nosotros mismos, y nos apartamos de ella.
A las 2 de la madrugada, si estoy triste o asustado, me encontrarás corriendo por el lago de la comunidad. A veces riendo histéricamente, bailando, o cantando tonterías. Porque en la oscuridad realmente puedes ser tú y no tener miedo del juicio de los demás. No tienes que tener miedo de ser homogeneizado en la sociedad “perfecta”. No tienes que actuar como todos los demás y seguir las mismas reglas y ser un tesoro de vacas que caminan hacia el carnicero. La luz nos obliga a actuar y comportarnos “normalmente”, mata el “mal” comportamiento y nos limita a todos a lo que se espera, y la forma correcta de comportarnos.
Y este tiende a ser el mayor pecado.
No en un sentido religioso.
El mayor pecado no es el asesinato ni el robo ni la violación.
Pero mentirte a ti mismo.
Algunos de nosotros estamos tan atrapados en nuestras propias mentiras sobre cómo comportarnos que nos olvidamos del individuo. Quienes somos en el fondo y lo que realmente queremos.
Pero no lo mostramos porque tememos hacerlo en la luz. Tememos que otros nos miren.
Si uno no puede dejar de mentirse a sí mismo, entonces todo lo que haga nunca será una decisión genuina y una verdadera elección. Por lo tanto, nunca puede ser genuinamente feliz o realizado.
La luz nos obliga a ser parte del grupo mayor.
Pero es la oscuridad la que nos permite vernos un buen rato y darnos cuenta de lo que queremos, lo que perdimos y lo que podemos tener.

Si hay que considerar lo filosófico entonces, debo decirles, se ha demostrado que si alguien permanece en la oscuridad durante largas horas, puede haber graves implicaciones en su salud, psíquicos y otros factores.