Hay varias formas en que pueden contribuir ya sea que ingresen o no en la filosofía como profesión.
Para aquellos que optan por dedicarse a la filosofía como profesión, hay varias formas de contribuir más allá de la obvia de enseñar filosofía. Un movimiento creciente denominado asesoramiento filosófico brinda a los filósofos la oportunidad de ayudar a las personas con problemas cotidianos a través de una especie de terapia de conversación basada en enseñanzas filosóficas en lugar de enfoques psicológicos para el asesoramiento.
Para aquellos que eligen no entrar en la filosofía como profesión, hay muchas maneras de contribuir a la profesión elegida. En la mayoría de los casos, el mayor beneficio que los filósofos pueden aportar a cualquier lugar de trabajo o proyecto es la capacidad de pensar críticamente, resolver problemas, hacer las preguntas correctas y examinar las suposiciones subyacentes. Estas son habilidades que necesitamos más en la sociedad y los filósofos pueden aportar estas habilidades a su trabajo.