La filosofía política plantea tres preguntas principales:
1) ¿Quién decide en nuestra comunidad política? – las preguntas secundarias incluyen cómo se debe elegir o legitimar a los decisores, cuáles son sus funciones y poderes, si es necesario que existan, etc.
2) ¿Debemos ir a la guerra? – las preguntas secundarias incluyen cuál debe ser el principio rector de la política exterior, si la guerra vale el costo social y económico, cuál debería ser el tamaño de los militares, etc. Esto se remonta a la primera pregunta sobre quién decide si vamos a la guerra. O no, y cuáles son las motivaciones de quienes deciden.
3) ¿Puede el estado tomar nuestro dinero como impuestos sin preguntarnos? – Esto trata el problema de la tributación sin representación, que también se alimenta de la primera pregunta.
- ¿Es el capital el equivalente al valor agregado del trabajo físico y mental humano, ya que, sin él, los productos de capital como los automóviles y las casas serían simplemente recursos en bruto dispersos en un planeta?
- ¿Puede un troll ser también un filósofo y un activista?
- ¿Estar en pie es tan ofensivo como entrar sin autorización?
- ¿Por qué las personas intentan justificar sus propias creencias en lugar de estar abiertas a la posibilidad de estar equivocadas, acercándose así a la verdad? ¿Por qué la gente piensa que ya ha encontrado la verdad?
- ¿Es razonable exigir que las personas que solicitan un subsidio vital mínimo trabajen a cambio de su subsidio?
La filosofía económica , por otro lado, se ocupa de otras tres preguntas:
1) ¿Qué nivel de interacción debe permitirse entre las instituciones del estado y el mercado? – Algunos exigen una amplia separación entre las dos instituciones, otros exigen la absorción del mercado dentro del estado, otros exigen que el estado y el mercado formen una sinergia armoniosa, etc.
2) ¿Cuáles son los niveles correctos de impuestos? – Algunas personas piden un impuesto fijo, otras piden impuestos progresivos, otras condenan todos los impuestos, etc. Esto se remonta a la primera pregunta, ya que los impuestos pueden alterar los incentivos del mercado.
3) ¿En qué debe gastar el estado sus recursos? – Algunos piden un estado que solo gaste en la policía, el ejército y los tribunales. Otros quieren un estado que también gasta en seguridad social. Esto también se remonta a la primera pregunta, ya que el estado puede cambiar la estructura de incentivos del mercado a través de sus acciones.