Un ser omnipotente puede hacer todo sin esfuerzo. Para que haya niveles de omnipotencia, tendría que haber niveles de “todo” y niveles de “cero”. No es así como funciona el lenguaje. Semánticamente hablando, la omnipotencia es una opción binaria: o eres completamente omnipotente, o no lo eres en absoluto.
Y la omnipotencia como concepto crea una gran cantidad de problemas lógicos para los teístas. Claramente, un ser omnipotente no puede tener metas, deseos o planes. Todo lo que quería que sucediera, habría dispuesto que sucediera en el primer instante de su existencia, por lo que no habría ninguna razón para hacer nada más que enfriarse por el resto de la eternidad. No habría ninguna razón para que creara nada en absoluto, porque simplemente podría optar por someterse a todas las experiencias que de otra manera derivaría de crear, de observar o participar en su creación.
Y cualquier cosa que creara, la crearía en la forma en la que quería que estuviera. No habría ningún problema con la evolución, el aprendizaje, el crecimiento, la muerte o la reencarnación, para ser mejor a los ojos de un dios omnipotente; Él simplemente haría las cosas de la manera que quería que terminaran.
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