Sí, el sentido del bien y el mal de una persona se construye socialmente y está muy afectado por la sociedad en la que creció.
Por ejemplo, en el libro de George Orwell “Diecinueve ochenta y cuatro”, se restringe la libre expresión de los pensamientos, emociones y sentimientos. Los niños entregarían a sus padres a la policía para expresar libremente sus pensamientos. No sentían amor por sus padres, ya que habían sido criados en un ambiente tan opresivo. Aunque este es un ejemplo ficticio y exagerado, todavía es cierto que la conciencia de la mayoría de las personas está enmarcada por las reglas sociales.
Otro ejemplo mucho más realista es el racismo. Durante mucho tiempo fue legal poseer esclavos en América. Estos esclavos solían ser de ascendencia africana y fueron tratados horriblemente. No importa lo equivocados que veamos esto hoy en día, en ese entonces no parecía tan terrible para los dueños de esclavos; o cualquiera excepto los esclavos.
Quizás, en muchos años más, la mayoría del mundo se volverán vegetarianos. Nos volverán a mirar y pensarán: ‘¿Cómo podrían hacer algo así a esos pobres animales?’
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