Las monarquías tenían sentido en los días en que todos creían que la sociedad tenía una estructura social rígida. Había personas que eran mejores que otros y personas que eran peores, y así era como Dios lo ordenaba. Nadie se movía a través de los estratos y los campesinos seguían siendo campesinos, mientras que los señores seguían siendo señores. Mientras tanto, en la parte superior del árbol había una realeza que había sido designada por Dios para gobernar y por la que todos los demás servían y estaban preparados para morir.
Las sociedades modernas no tienen esa estructura. No vemos ninguna razón por la cual una persona nacida en la pobreza no pueda hacerse rica o poderosa. Creemos que el poder debe provenir de las personas y que los líderes deben ser responsables ante las personas que gobiernan. La monarquía no tiene sentido en nuestra visión moderna de la sociedad.
También somos muy conscientes de la falla inherente en dar poder a cualquier persona basándose únicamente en lo que su madre afirma que era su padre. No tiene sentido suponer que alguien debería tener poder solo porque sus padres lo tenían antes que ellos. Tiene menos sentido si se considera el hecho de que si un niño en la línea no tenía el padre que creía que tenían, entonces todo tiene sentido.
Hay una razón por la cual no hay una república en el mundo que esté considerando seriamente una monarquía y prácticamente todos los monarcas del planeta tienen un fuerte movimiento republicano en su país. Es un sistema de gobierno en el que creces, no en.