Bueno, al menos en los diálogos de Platón, el método socrático falla mucho más a menudo de lo que tiene éxito. La razón suele ser que es muy exigente para el interlocutor. Así que el método puede fallar
(1) porque el interlocutor no está motivado para pasar o para internalizar el proceso (esto suele suceder con los jóvenes ricos, como Alcibiades o Clitophon, que terminan siendo reaccionarios hacia Sócrates),
(2) o porque el interlocutor no está dispuesto a ser interrogado por cuestiones importantes (esto suele suceder con personas conservadoras ricas como Cephalus que tiene un respeto superficial por Sócrates, o adultos que ya tienen una gran reputación o poder, como Thrasymachus o Calicles – ya odian o desprecian a Sócrates),
(3) o porque el “maestro” no tiene experiencia con las formas en que puede ir la interacción (esto le sucede a Sócrates no en los diálogos de Platón, sino en las “Nubes” de Aristófanes).
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Entonces, ¿en qué tipo de persona ** trabaja mejor el método socrático? Sobre los jóvenes capaces de asumir la responsabilidad de preguntar, presumiblemente, personas como Platón o casi todos los adeptos de las escuelas posteriores (cirenoico, estoico, cínico, etc.) en la medida en que reclaman abiertamente el legado socrático, excepto los epicúreos. .
El último tipo de personas en las que el método puede funcionar mejor son aquellas que no tienen inversiones financieras, sociales o psicológicas en el tema tratado, como un niño esclavo interrogado en el llamado teorema de Pitágoras.