Primero, recuerda que la república es una alegoría. Como lo explica Sócrates al principio, la idea es investigar dos preguntas: (1) ¿Qué significa que una persona sea justa (o, más precisamente, justa)? Y (2) ¿Es la persona justa la más feliz? Después de que una investigación directa falla, propone la analogía ciudad-alma , es decir, imaginar que el alma es como una ciudad, considerar el funcionamiento justo / injusto de una ciudad hipotética y luego relacionar los principios que sugiere la analogía con el original. Las preguntas y la persona justa.
Debido a la naturaleza analógica del trabajo, muchos detalles de la ciudad que se describe no tienen sentido si se aplican a ciudades reales en la vida real, pero, dentro del marco simbólico, sí corresponden a principios legítimos de autogobierno.
Todo lo dicho, los gobernantes tienen la capacidad de razonar correctamente si están debidamente educados y bien educados (ver más abajo). La educación adecuada incluye entrenamiento en astronomía, dialéctica, música y gimnasia (o baile; la idea es actividad rítmica y coordinación mente-cuerpo). En virtud de este entrenamiento, pueden convertirse en ‘filósofos’, es decir, amantes de la Sabiduría, la Virtud y las cosas verdaderamente buenas. Su entrenamiento les permite ascender fuera de la cueva del engaño y obtener una visión de la Bondad Absoluta.
Con su Conciencia Moral debidamente formada e informada, pueden razonar sin contaminación al engañar a las pasiones.
- ¿Todo tiene un principio y un final?
- ¿Está de acuerdo con la idea de que cualquier cosa mentalmente concebible es prácticamente posible?
- ¿Crees en una vida futura? ¿Crees que las almas son inmortales?
- ¿Pueden transcurrir 13.6 mil millones de años sin que alguien observe que pasa el tiempo?
- ¿Qué tan cerca estamos de resolver el problema de la mente y el cuerpo?
En términos de la analogía, esto significa que para gobernar nuestra propia psique, debemos, mediante diversas prácticas, desarrollar un “filósofo interno” para guiar nuestra naturaleza irracional, las emociones y los apetitos. Entonces nuestra ciudad del alma operará armoniosamente; Podemos llegar a ser justos y disfrutar de una mayor felicidad.
Los comentarios sobre la cría de gobernantes se han interpretado erróneamente como una sugerencia de eugenesia. Pero hay que recordar la naturaleza analógica del trabajo. Lo que realmente parece sugerir Platón es que una persona debe supervisar muy de cerca su propia educación y desarrollo interno, porque la persona que somos hoy en gran parte determina a las personas que seremos mañana y en el futuro.
Para una explicación más detallada de la analogía ciudad-alma en la República y una bibliografía, vea La República: Alegoría de Platón por el alma humana.