Nunca he intentado recordar un concepto filosófico.
Dado que la filosofía no es mi trabajo diario, me dedico a ella básicamente como un pasatiempo. Y nunca he sentido la necesidad de esforzarme activamente para recordar ideas filosóficas. En general, si una idea es importante, la veré en múltiples contextos. Rutinamente repaso conceptos que creo que ya entiendo: releño artículos en Wikipedia y la Enciclopedia de Filosofía de Stanford, y busco videos de YouTube sobre filósofos y sus ideas. Hago esto porque estoy interesado y no porque estoy tratando de recordar cosas.
Así que en mi experiencia la repetición es la clave para la memoria. No puedes esperar recordar algo después de leerlo una vez. Incluso dentro de mi campo de la neurociencia, tengo que volver a ciertos conceptos difíciles para mantenerlos frescos en mi mente. Y esto no es una pérdida de tiempo: cuando vuelvo a un concepto, a menudo aprendo un nuevo aspecto de él, o aprendo cómo se relaciona con otras cosas que conozco.
Una forma indirecta de repetición implica tener una discusión. Nunca puedes saber si has comprendido algo hasta que intentas explicárselo a alguien más. Entonces, si es posible, trate de hablar sobre sus ideas con amigos o familiares.