¿Por qué estudiamos filosofía social y política?

Cuando estudié filosofía social, tomé clases llamadas “Guerra y Moralidad”, “Ética empresarial”, “Ética médica”, “Filosofía de la muerte”, “Filosofía de la comunidad” y “Filosofía del derecho”. Muchos de estos plantearon preguntas sobre “cuándo”, “por qué”, “cómo” y “debería”? Estos son problemas que vemos en los escenarios nacional y global todo el tiempo. Discutimos sobre ellos en el trabajo, en la mesa de la cena y en las redes sociales todo el tiempo, pero ¿cuánto tiempo hemos tomado realmente para estudiar las preguntas desde todos los ángulos?

¿Cuándo se considera una guerra una guerra justa? ¿Cómo nos involucramos en el combate de una manera justa? ¿Cómo funcionan nuestros estándares anteriores de guerra justa en una era en la que tu enemigo está librando una guerra total sin tener en cuenta la autoconservación individual? ¿Qué se debe considerar al final del cuidado de la vida? ¿Qué nivel de recursos de la sociedad se debe consumir para prolongar la vida de alguien que está incapacitado? ¿Podemos forzar las inmunizaciones en toda la población, incluso si existe un riesgo de efectos secundarios, o si la autonomía individual nos obliga a arriesgar la salud de las personas con sistemas inmunológicos comprometidos? ¿Debemos dedicar recursos desproporcionados a los discapacitados? ¿Cómo deberían estructurarse las redes de seguridad de nuestros servicios sociales? ¿Cómo se deben proteger, distribuir o controlar los recursos naturales? ¿Deberían escribirse las leyes para dar forma al carácter moral y, de ser así, quién decide qué es moral?

Es gracioso que estudiantes como este se vean difamados como algo así como el tejido de canastas bajo el agua, pero cubre mucho de lo que gastamos tanta energía discutiendo como sociedad.