Suponiendo que la pregunta es algo como “¿Es necesario experimentar odio para poder gustar algo?”, Diría que no.
Biológicamente tenemos ciertas inclinaciones hacia ciertas cosas. Ahora concedido, antes de experimentar tales cosas, no tendríamos forma de saber si nos gusta o no. Nunca habiendo probado la miel, uno no sabría si uno la disfruta o no, pero ese no es el punto en el que debemos enfocarnos. El punto que deberíamos considerar es si nos puede gustar el sabor de la miel y, al mismo tiempo, nunca haber experimentado el odio. Yo diría que debido a que nacemos con estas ciertas inclinaciones (alimentos azucarados, grasos, salados, etc.) tenemos la capacidad de gustar algo antes de experimentar emociones negativas como el odio.
Más filosóficamente, podríamos examinar lo que significa realmente odiar algo. No soy un experto en el tema, pero a primera vista parece que el odio es de un orden más alto que simplemente no le gusta algo. El odio requiere, como lo entiendo, más que solo querer evitar algo. Necesita cierto sentido en el que uno desprecia activamente o tiene intenciones maliciosas. No parece, al menos para mí, ninguna razón para pensar que no podemos tener uno mientras no tengamos el otro. ¿Las emociones negativas hacen que las positivas parezcan relativamente mejores? Claro, pero eso no significa que uno tenga que experimentar ambos para poder comprender la diferencia.
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