Estoy de acuerdo con Peter Schuller a continuación; obtener alegría para uno mismo a través del voluntariado no niega automáticamente a aquellos de quienes se ofrece voluntariamente la oportunidad de obtener dicha. Todo lo contrario, diría: cuanto más alegría / alivio / mejora / ayuda que uno logra ofrecer a los demás, es más probable que disfrute de sus esfuerzos.
Pero tienes razón al asumir que las personas también se ofrecen voluntariamente para la satisfacción personal, lo que significa que lo están haciendo por razones egoístas. Personalmente, creo que cuanto más lo hagas por razones egoístas, menos significado tendrás para quitarlo, aunque podrías disfrutarlo por un tiempo.
Sin embargo, las cosas son más complicadas y hay un poco de debate en torno a las motivaciones detrás del voluntariado.
Aquí hay un fragmento de un estudio de Alfredo Daniel Novoa y Vera Stiefler Johnson en el que se discute el tema. Por favor lea todo el estudio siguiendo el enlace de abajo.
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Altruismo vs egoísmo
La comprensión de que diferentes individuos pueden participar en el mismo comportamiento voluntario mientras tienen motivaciones completamente diferentes aumenta la complejidad de la discusión actual. Tradicionalmente, los investigadores y laicos asumen que las personas ingresan a la fuerza laboral de voluntarios con motivos altruistas. El altruismo, tal como lo definen Hartenian y Lilly (2009), es la preocupación por el bienestar y el comportamiento de los demás y el compromiso de ayudar, a menudo a un costo personal. En un mundo en rápida globalización, con amplios cambios en la comunicación y la movilidad, el voluntariado está prosperando (Lyons & Wearing, 2008). Como resultado, los académicos han comenzado a cuestionar los motivos reales de los voluntarios y están intentando construir teorías cada vez más cohesivas sobre el trabajo voluntario. Las teorías y enfoques metodológicos que compiten entre sí incluyen preguntas sobre la motivación para ofrecerse como voluntario, así como un examen crítico del término “egoísmo”, lo opuesto al altruismo.
El egoísmo se refiere al deseo de un individuo de participar en acciones que promoverán o ayudarán al yo de alguna manera. La idea de que los voluntarios sacrifican su tiempo en beneficio de los demás no incorpora la posibilidad de que las personas puedan ofrecerse voluntariamente por una motivación para acumular beneficios personales. La motivación que satisface una necesidad interna es típica de las orientaciones egoístas. Las orientaciones egoístas pueden incluir el egoísmo externo, como construir un currículum; egoísmo interno, como el desarrollo de habilidades de relaciones humanas; y el egoísmo experiencial, como participar en nuevos y emocionantes esfuerzos (Hartenian y Lilly, 2009). Muchos de los estudios que examinan el voluntariado carecen de posiciones unificadoras sobre las motivaciones para ayudar (Cnaan y Goldberg-Glen, 1991). Por lo tanto, es importante tener en cuenta los enfoques egoístas y altruistas del voluntariado mediante el análisis de las funciones que las personas esperan cumplir con el voluntariado.
El enfoque funcional del voluntariado sostiene que seis funciones diferentes ( valores, comprensión, mejora, carrera, social y protección ) pueden cumplirse con el voluntariado. Estas funciones explican los “procesos personales y sociales que inician, dirigen y sostienen la acción” (Clary et al., 1998). Los individuos pueden servir a la función de valores actuando sobre valores importantes como el humanitarismo; la función de comprensión mediante la adquisición de conocimientos mundanos y el desarrollo de habilidades; la función de mejora mediante la profundización del crecimiento y desarrollo psicológico; la función de carrera mediante la obtención de experiencia relacionada con la carrera; la función social mediante el fortalecimiento de las relaciones sociales; y la función protectora utilizando el voluntariado para aliviar sentimientos como la culpa por las circunstancias de los demás (Clary y Snyder, 1999). Las motivaciones de cada individuo tienden a basarse en las seis funciones, aunque la importancia que se otorga a cada función varía entre los voluntarios. Solo la función de valores abarca una orientación completamente altruista, e incluso esta función puede ser simplemente una “manera de dramatizar que una persona es buena y decente”, que serviría para varios propósitos sociales (Wuthnow, 1994). No obstante, los investigadores pueden usar las funciones para evaluar el grado de altruismo o egoísmo en la motivación voluntaria de una persona. El trabajo de Clary y Snyder (1999) sobre enfoques funcionalistas para la motivación ha impulsado diversas aplicaciones para la comprensión del voluntariado.
Como pretendía Clary (1999), estas 6 construcciones proporcionan una base empírica para enfatizar el papel activo del participante en el contexto. Este enfoque permite a los investigadores separar las diferentes agendas que influyen en las orientaciones altruistas y egoístas del yo que llevan a los individuos a ser voluntarios. Aunque los investigadores han acordado que existe una interacción multifacética entre el altruismo y el egoísmo, no existe un apoyo unánime para un modelo conceptual único.
Fuente y artículo completo: La experiencia del voluntariado: entender y fomentar la ciudadanía global
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- Ayudando a los demás, ayudándonos a nosotros mismos.
- Altruismo y voluntariado: las percepciones del altruismo en cuatro disciplinas y su impacto en el estudio del voluntariado.
- Altruismo, egoísmo o algo más: Recompensar a los voluntarios de manera efectiva y económica