Es posible que pueda . En su estado actual, no lo hace.
O más bien, en este momento, la mejor predicción de la ciencia es que no existe tal cosa como un alma. No hay ningún fenómeno documentado de comportamiento o memoria que corresponda a un aspecto no corpóreo de la humanidad. Se sabe que la sede del comportamiento es el cerebro: si modificas el cerebro, la personalidad cambia. Las drogas, la cirugía, el envejecimiento y la enfermedad tienen efectos predecibles en la forma en que los humanos aprehenden el mundo, simplemente a través de la alteración del cerebro.
La pregunta antes de la ciencia es el hecho documentado de que las personas atribuyen cosas a las almas. Es decir, la gente cree que hay un yo separado del cuerpo, que los creyentes religiosos llaman un “alma”. Diferentes religiones tienen diferentes historias acerca de lo que hace esa alma (renace, recibe un castigo o recompensa eternos, desaparece, va a un inframundo, etc.), lo que sugiere que todas ellas están simplemente adivinando en lugar de documentar un fenómeno real.
No obstante, el hecho de que los humanos crean que tienen un “alma” requiere una explicación por parte de la ciencia. Por el momento, no lo hace particularmente bien. A través del análisis del lenguaje, los experimentos con cerebro dividido, las resonancias magnéticas por resonancia magnética (IRMR), las drogas y las entrevistas con personas cuyos cerebros están dañados, se obtiene una pequeña imagen de la percepción de un “yo” como resultado de una red neuronal autoalimentada divididos en módulos, algunos de los cuales se entienden como “conscientes”. Existen hipótesis aproximadas, que no llegan al nivel de una teoría.
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La imagen está lejos de ser clara, pero se aclara con el tiempo, y hay buenas razones para pensar que la ciencia algún día podrá aclararla a su entera satisfacción. Hoy en día, no lo hace.