¿Cuáles son los argumentos contra el sindicalismo?

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El sindicalismo tiene profundas conexiones con el socialismo y el comunismo, tanto las variaciones anarquistas como las patrocinadas por el estado. En las áreas del mundo en las que el sindicalismo era más prometedor para ser implementado realmente a principios del siglo 20, el fascismo surgió y lo aplastó. La reacción de la Segunda Guerra Mundial hizo que las ideas capitalistas occidentales fueran aceptadas como sustitutos de las ideologías políticas fallidas tanto del fascismo como de las formas más agresivas de socialismo.

La oposición práctica real contra el sindicalismo es el legado de los sistemas políticos más antiguos, como el feudalismo y el monarquismo, junto con las prácticas heredadas que recuerdan al sistema señor-vasallo. El sindicalismo propone la descentralización del poder, a lo que se oponen quienes aún lo mantienen. El atractivo de la propiedad privada, que se extiende al ciudadano promedio, también actúa como una fuerza opuesta a las implicaciones de la ideología del sindicato socialista.

En resumen, mientras que todo sistema político potencialmente beneficioso está diluido por la codicia humana, el sindicalismo representó un verdadero cambio fundamental en el poder y se enfrentó a miles de años de la sociedad humana.

También hay argumentos * A favor * del sindicalismo, pero su pregunta apunta a las críticas:
– Otorga tanta estabilidad a los trabajadores que los empleadores terminan dudando en contratar nuevos empleados, ante la imposibilidad virtual de despedirlos.
– Obliga a los empleadores a proporcionar beneficios sociales a los trabajadores, lo que aumenta los costos para los empleadores y, por lo tanto, para los consumidores del producto o servicio.
– Obliga a las alzas salariales más allá de lo que la productividad de los trabajadores o las leyes del mercado indicarían según corresponda.
– Promueve huelgas y otras medidas que son perjudiciales para la productividad.
– Tiende a congelar y encerrar a los trabajadores en categorías rígidas, ignorando los méritos individuales.
– Se consolida una casta de sindicalistas parasitarios, a veces poco más que problemáticos.

Burocraty y la falta de poder real podrían ser uno.

El segundo es la capacidad de crear problemas para justificar la existencia y la dificultad de responder a la preocupación real.
Dada la democracia, deberían mejorarse, no reemplazarse.